Siempre se ha dicho que hay que tener mucho cuidado con la sal y la azúcar, ahora nuevos estudios revelan que el consumo de sal puede ser fatal.
El consumo de sal
La revista European Heart Journal, dice que el consumo de sal, que tiene que ver con la sal que se le agrega a los alimentos acorta la esperanza de vida. El estudio revela que a los 50 años 1,5 mujeres y 2,28 en hombres se reducía su vida debido a la sal de más en los alimentos.
Debemos entender que consumo de sal se refiere a esas personas que agregan sal a los alimentos, ejemplo sal en el arroz, sal en los huevos, no es a la hora de la cocción, es a la hora de estar en la mesa y pedir que le pasen el salero. No obstante siempre es recomendable evitar también el exceso de sal en la preparación de alimentos.
En este estudio se valoraron 500 mil personas, estos se dividían en los que no tocaban ni siquiera el salero, y a los que si lo hacían con sus alimentos. Estos segundos tenían hasta un 28% más riesgo de una muerte antes del promedio de vida, que es los 75 años.
No todo son malas noticias
El estudio nos revela un dato interesante y esperanzador, estos riesgos o esta probabilidad ligada al consumo de sal, se revertía cuando las personas consumían alimentos ricos en potasio. Los cuales los encontramos en verduras y frutas.
Por el momento no hay más estudios que respalden este tema. Es el consumo de sal realmente un puerta hacia una vida corta.
Todo inicia en su mesa
Lo que si se ha investigado por años es la relación que existe entre la sal, con daños en los riñones y con problemas cardiacos, esto ligado a un estilo de vida sedentario.
Recuerde que muchas veces estas fuentes de sal, no vienen directamente del salero, sino de productos como salsas, ya sea de tomate o mostazas, que vienen con excesos de sodio que muchas veces desconocemos. Otro alimentos que hay que siempre consumir con moderación son las frituras de bolsa, porque son fuentes de gran consumo de sal.
No olvide que una vida saludable inicia por dos factores muy importantes, el agua que consumimos y el ejercicio que realizamos. Sin dejar de lado el estrés, que sigue siendo un detonante silencioso de problemas en nuestro organismo.