El dengue se ha convertido en una enfermedad de problemática social, ya que abarca regiones enteras, y por esto que los gobiernos destinan dinero a diario para tratar de erradicar al principal portador de esta enfermedad, el mosquito Aedes aegypti. La fumigación aleatoria, y el evitar aguas estancadas, es una de las formas principales de evitar la proliferación de este mosquito portador del dengue o DENV. Hay cuatro tipos de este virus. DENV1, DEVN2, DEVN3, Y DENV4. Si bien la enfermedad puede parecer un resfrió en su primera ocasión, una segunda ocasión podría ser más grave. Aquí es donde entra el maní contra el dengue, un enfrentamiento inesperado.
Apodado fruto seco, aunque es una leguminosa, el maní es rico en grasas, y omega 6, por esto se recomienda su moderación para consumirlo, pero además es en su cascara marrón donde se encuentra la forma de contener, o minimizar los efectos del virus DENV.
El maní en la lucha contra el dengue
Aunque parezca increíble, los estudios realizados en el maní son sorprendes, ya que se hizo estudios en la semilla, pero los mayores resultados se descubrieron en lo que se considera uno de los desechos de este alimento, nos referimos a su cascara.
La planta del maní siempre ha estado en la mira de la ciencia por poseer propiedades antiinflamatorias, y antimicrobianas. Pero es justamente en América del sur donde se empieza a realizar un análisis de de suma importancia.
El estudio ocurre en Argentina, Córdoba donde se exporta gran cantidad de maní, pero se deja la cascara o tegumento, es ahí donde surge una investigación del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Salud y el Instituto de Biotecnología Ambiental y Salud.
La semilla y la cascara
El estudio encabezado por la investigadora Carola Sabini, fue realizado de varias formas. Se hicieron estratos de la semilla del mani, y también de su tegumento, para de esta forma probar los niveles de tolerancia en celulas in vitro, y en ratones de prueba. Este era el primer paso para conocer la dosis adecuada para poder se utilizada en seres vivos.
Los resultados con la semilla y su extracto fueron moderados, si hizo reacción con el virus pero de una forma parcial. Pero los investigadores se asombraron ante el siguiente hallazgo, el extracto de tegumento aún en bajas dosis lograron inhabilitar el virus en su totalidad.
Estos experimentos ocurrieron hace una década, pero fue a finales del 2024 cuando el equipo de Sabini anunció que para el 2025 iniciarían las pruebas con humanos. Esto fue publicado en la revista científica «Plants».
Sostenibilidad para el futuro
Como ya mencionamos en un inicio, el dengue es una enfermedad que afecta a muchas poblaciones alrededor del mundo. Por lo que el equipo de Sabini busca crea un antiviral que no solo sea efectivo, sino también accesible a todo el público.
Como explica la investigadora la complicación de la enfermedad no solo se debe al virus en si, sino a la respuesta agresiva del sistema inmunológico del cuerpo humano. Por esto el fármaco en cuestión, va a ser no solo antiviral, sino también inmunomodulador, evitando de esta forma el proceso de inflamación que produce el virus.
Sabini añade que además se piensa que el producto pudiera ser convertido en un ingrediente, que se pueda agregar en alimentos, esto facilitaría aún más su uso, y distribución.
El mantener el proyecto económico permite que el objetivo primordial se logre, que es llegar a todas las partes de Argentina, y en un futuro a muchos otros paises.
Mientras esto llega no olvide colaborar eliminando criaderos de este mosquito, evitando las aguas estancadas, ya sea en llantas viejas, floreros, utensilios de mascotas.
Referencias: