Un nuevo estudio ha planteado la posibilidad extraordinaria de que nosotros los seres humanos podemos ser capaces de ponernos en una especie de estado de hibernación – pero de una manera negativa que nos causa más dolor que reposo.
La investigación, publicada en las Actas de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos de América, se centra en la condición devastadora conocida como encefalomielitis miálgica, más popularmente conocida como el síndrome de fatiga crónica (SFC).
El SFC es uno de los mayores misterios de la medicina moderna y se caracteriza por la fatiga y los problemas graves relacionados tales como: dolores de cabeza y problemas de memoria.
Millones de personas sufren de ella, pero su causa nunca se ha sido establecida claramente. Eso ha hecho que algunos médicos sean escépticos sobre el diagnóstico de los pacientes se quejan, aludiendo que estos sólo buscan ayuda pero los síntomas están en sus cabezas.
El estudio, dirigido por la Universidad de California en San Diego y su autor el investigador Robert K. Naviaux, miró los metabolitos en los cuerpos de las personas con SFC y los que no lo tenían.
Sólo 84 personas participaron, 45 con los síntomas del SFC y 39 sin ellos, sirvieron para lograr un control. Naviaux analizó 612 metabolitos diferentes, que son sustancias intermedias: como la glucosa producida por las células que medida que se descomponen forman moléculas grandes que producen energía.
El estudio encontró que el 80 por ciento de los metabolitos fueron menores en los pacientes con SFC. En consecuencia, consideró «anormalidades» en 20 de las vías metabólicas.
Todo esto sugiere que el metabolismo de las personas con síndrome de fatiga crónica se desaceleró lentamente.
Los investigadores dijeron que parecía ser similar al «estado permanente» en los gusanos nematodos cuando se enfrentan con el hambre, el hacinamiento u otros ambientes tóxicos. El estado permanente Implica una masiva disminución del metabolismo – una habilidad que ha sido de gran interés para los investigadores porque es adaptable y es esencialmente un estado de «no-envejecimiento» cuando se produce la muerte celular.
El profesor de bioquímica de la Universidad de Stanford Ronald Davis llama al trabajo – si puede ser replicado y validado – como un «cambio de juego» para las personas con síndrome de fatiga crónica. Por primera vez, se presenta un posible biomarcador para el diagnóstico de la condición y un objetivo para posibles tratamientos.
Fuente: Washington Post
